ENLACES ÚTILES
© 2020 – Luis Gil
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Estamos ante la llegada inminente del verano, esa época que esperamos con tanta ilusión porque muchos disfrutaremos de unas merecidas vacaciones en las que tendremos tiempo para dedicarnos a las actividades que más nos gustan o, simplemente, descansar. En mi caso, a pesar de que me encanta mi trabajo, no puedo evitar sentirme entusiasmado y en ocasiones me he descubierto ensimismado planificando las primeras cosas que quiero hacer.
Sin embargo, contrario a lo que pareciera, no todo es color de rosas durante esta estación. Muchas veces, nuestros planes pueden no resultar tan satisfactorios como lo esperábamos y el añorado tiempo compartido con los que amamos puede convertirse en una fuente de constantes roces y, en los peores casos, en rupturas sentimentales.
Considerando que hay estudios que demuestran que una cantidad importante de las separaciones amorosas ocurre en verano, quiero ahondar en este tema y darte algunas claves para que no te veas afectado por este fenómeno y disfrutes unas vacaciones aún más placenteras de las que imaginaste.
«El mejor amor de verano es aquel que dura todas las estaciones del año».
Al parecer, en este tema no hay medias tintas… cuando hablamos del verano nos encontramos ante la posibilidad de vivir idílicas relaciones cortas o, por el contrario, la ruptura de parejas que ya se encontraban establecidas.
Una de las principales razones por la que esto sucede radica en que el verano consiste, de una forma u otra, en un cambio de rutina. Para aquellos que están solteros, es una oportunidad ideal para salir con amigos y conocer gente nueva, pues cuentan con más tiempo (y, en la mayoría de los casos, con mejor disposición) para divertirse e iniciar un romance que, independientemente de su duración, puede tornarse en una historia digna de contar por el resto de la vida.
En el caso de las personas que se encuentran casadas o en relaciones consolidadas, el caso no es del todo diferente ya que también implica un cambio en nuestros hábitos diarios. La llegada de las vacaciones de verano es un respiro de los quehaceres habituales que, a muchos de nosotros, nos mejora el ánimo y nos permite realizar las actividades para las que usualmente no tenemos tiempo. Si nos gusta salir, bailar, pintar, ver películas hasta tarde, escribir o pasar tiempo con nuestra pareja, consideramos que este es el momento ideal y le dedicamos nuestras mejores fantasías a ello.
¿Por qué? En primer lugar, muchas parejas justifican las dificultades que atraviesa la relación aludiendo a factores como falta de tiempo compartido o a la sobrecarga de trabajo; sin embargo, con la llegada del verano ambas excusas desaparecen y dejan a la vista conflictos muchos más serios que se encontraban enmascarados en la cotidianidad (como por ejemplo una genuina disminución en la atracción hacia la pareja).
Otra de las cosas que suele poner en evidencia el verano es la falta de compatibilidad y de conocimiento del otro. Si bien no es necesario (ni siquiera recomendable) que tengamos gustos y hábitos idénticos a los de nuestro compañero, una convivencia más intensa facilita que esos detalles esporádicos que parecían irrelevantes se vuelvan insoportables y, por ende, terminen siendo un motivo más de discusión. A estos conflictos encubiertos por lo general se le suma otro elemento: el conocimiento de facetas de nuestra pareja de las cuales no estábamos al tanto o, por cuestiones de tiempo, no teníamos tan presentes.
Esto se agrava si, en principio, contábamos con expectativas demasiado altas de lo que sería nuestro tiempo de pareja durante las vacaciones y esperábamos que esas «pequeñas» diferencias se resolvieran automáticamente gracias a la mayor disponibilidad de tiempo compartido y a todos los planes que teníamos en nuestra imaginación.
No obstante, si bien todas estas dificultades son comunes, quiero ofrecerte un par de sugerencias para que las enfrentes a tiempo y tu verano supere tus expectativas.
«No es el verano el que ocasiona las rupturas de pareja, solo evidencia e intensifica las dificultades que preexistentes en la relación».
Muchos de los conflictos vienen porque uno solo de los miembros elige el lugar para pasar las vacaciones, a quién visitarán o realiza la planificación de actividades. Si ya estás atravesando esta situación, hazle saber a tu pareja que también quieres ser parte de los planes y cómo te ha hecho sentir que no te los consultara; por otro lado, si aún no estás en ese punto, una excelente alternativa es que disfrutéis un momento juntos en en el que puedan hablar de vuestras expectativas, fantasear y trazar planes que os satisfagan a ambos.
Otro de los motivos por los cuales muchas parejas se separan en verano no es por la falta de afecto o atracción, sino porque se sienten agobiados ante una convivencia más intensa. Las vacaciones son un momento idóneo para conocerse más, puedes aprender de los hábitos de tu pareja, compaginar algunos con los tuyos y, lo que también es muy importante, reservar tiempo para cada uno de forma que también cuenten con momentos de disfrute personal (los cuales, posteriormente, pueden ser un gran motivo de conversación).
Algunas parejas, optan por no conversar sobre lo que les molesta y van acumulando disgustos que en algún momento terminan por estallar; durante las vacaciones, al experimentar una mayor convivencia, estos problemas salen a la luz, poniendo en riesgo la relación. Debido a esto, es muy importante que mantengas una comunicación asertiva con tu pareja, independientemente de la temporada.
Las personas cambian con el tiempo, ni tú ni tu pareja sois la excepción. Por eso, más que juzgar al otro si hace cosas distintas a las que hacía antes, te invito a que mires estas novedades desde una nueva perspectiva, seguro que tú también has cambiado y ambos habréis mejorado en muchos aspectos… será toda una aventura re-conocerse y re-enamorarse cada día.
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