ENLACES ÚTILES
© 2020 – Luis Gil
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Cada vez son más las mujeres que se insertan en el mercado laboral, lo que para algunas se traduce en aplazar la maternidad o, en definitiva, en renunciar a tener hijos. Al tomar la decisión de traer al mundo a un bebé, las futuras madres pueden llegar a pensar que se van a ver obligadas a disminuir sus horas de trabajo (o a abandonar su profesión por completo), que se va a ir al traste su rutina diaria o que van a tener que dejar de lado sus ambiciones de ascenso profesional, ¿pero siempre es así?
A este panorama hay que añadirle (por fortuna) el hecho de que un creciente número hombres esté optando por ejercer una paternidad responsable y que, en consecuencia, ellos también se pregunten el rumbo que tomarán sus carreras una vez que llegue el pequeño nuevo integrante a la familia. Los que me conocéis sabéis que hace poco tuve la tremenda suerte de recibir a Martina en casa, y he vivido en primera persona esta situación, y las preguntas y dudas que conlleva, por eso quería compartir con vosotros estas reflexiones.
Son muchos los cambios que nuestra sociedad ha experimentado en pocos años, sin embargo, en temas de familia, parece que hay una gran resistencia a incorporar nuevas maneras de vivir la vida en pareja y ejercer la paternidad.
«No te hace padre la habilidad de concebir, sino la de amar y criar».
Como hemos comentado en un post anterior (el cual puedes revisar pulsando aquí), la vida profesional y la personal no tienen por qué estar separadas. La mejor estrategia para cumplir con tus compromisos y tener éxito en los distintos aspectos de tu vida consiste en integrarlos, brindándoles mayor o menor atención según el momento en el que te encuentres, negociando con los que te rodean la manera de cumplir con tus obligaciones con la misma eficacia con la que lo hacías previamente, o incluso mejor, de forma que todos puedan salir beneficiados.
No vamos a negar que la llegada de un bebé se trata de un gran cambio en la vida de cualquier persona, pero tampoco vamos a caer en la tentación de decir que al ser padres el éxito profesional solo es posible si eres un superhéroe o si delegas la responsabilidad en otros; tampoco daremos por hecho que tu vida profesional se acabó, ni te consolaremos con frases como «no se puede tener todo al mismo tiempo». Tener un hijo es el inicio de una etapa y un nuevo rol que asumir e integrar en tu vida, no tienes por qué sacrificar ningún aspecto de ella.
A la hora de hacerle frente a las demandas que conlleva traer un bebé al mundo es imperativo comprender que no estás solo. Una de las decisiones más importantes para tu vida laboral es, aunque parezca contradictorio, la elección de tu compañero sentimental, ya que lo ideal es que esta persona participe en la nueva dinámica familiar y posea una visión del trabajo, de la familia y de la vida que compagine con la tuya.
Ten presente: Las mujeres no son necesariamente mejores ni peores en las tareas del hogar, sólo han estado históricamente más relacionadas a ellas. Los tiempos han cambiado y así como ha cambiado el rol de la mujer en el ámbito laboral, también deberíamos aceptar con naturalidad que cambien los roles tradicionales dentro de casa. Sería una gran oportunidad para los todos los integrantes de la familia.
Aprender -y reaprender- a ser padres y nuevas formas de vincularnos con los demás es todo un desafío, más aún considerando los estereotipos que hemos interiorizado desde pequeños. Sin embargo, cada vez se hace más evidente que la crianza de un bebé no es un tema individual. Si has crecido pensando que tus responsabilidades en el hogar están inflexiblemente determinadas, tener un hijo te brinda una excelente oportunidad para cambiar la forma como te relacionas en casa.
En principio puede ser difícil compartir tareas que crees que son exclusivamente tuyas o asumir aquellas que piensas que deben ser del otro, pero también es un gran momento para reinventarse dentro de la relación. Piénsalo, inclusive puede ser divertido: Imagina qué pasaría si es tu pareja la que asume tus tareas, en cómo cambiaría cada uno los pañales, qué harían cuando alguno de los dos tuviera que quedarse en casa con el bebé o cuál sería el menú en el caso de que cocine el que menos suele hacerlo. Es una maravillosa oportunidad para la relación y para el disfrute del día a día con el bebé. Se trata de hacer de todo un proyecto global y un equipo dispuesto a abordarlo.
La paternidad no es algo sencillo, así como puedes tener que cambiar cosas que interiorizaste desde tu infancia, también debes reaprender cosas más recientes; pero, si tomaste la decisión de embarcarte en esta aventura de vida, vale la pena. Para ayudarte en esta etapa, pueden serte útiles los siguientes consejos:
• Reorganiza tu agenda y respeta la programación que has trazado.
• Negocia en tu trabajo la posibilidad de flexibilizar tus horarios. Si eres emprendedor… asume que será imprescindible y que es una etapa.
• Más que de cantidad, se trata de calidad: Con el tiempo, notarás que lo más importante no es el número de horas que le dediques a tu trabajo o a tu familia, sino la calidad de este tiempo. Está en ti que cada segundo valga la pena.
• Involucra a tu compañero/a, distribuid las responsabilidades, apoyaros como pareja y como padres.
• Incluid a los otros miembros de la familia: Contar con el apoyo de la familia extendida no sólo es una gran ayuda, sino que estrechará lazos y enriquecerá la vida del bebé.
• ¡Diviértete! Sabemos que tener un hijo es una gran decisión y que no debe tomarse a la ligera, pero no olvides disfrutar de esta nueva etapa en tu vida.
«El éxito en un área de la vida no depende de que sacrifiques las otras.»
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