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La ansiedad es un padecimiento tan común hoy en día que algunos han optado por llamarla «la epidemia silenciosa del siglo XXI», con mucha razón, ya que las estadísticas respaldan el uso de este nombre al indicar que al menos un 20% de la población sufrirá en algún momento de este mal. De hecho, día a día veo en mi práctica profesional cómo la ansiedad afecta la vida de las personas sin distinguir su edad, sexo ni posición socioeconómica. Prevenir esta enfermedad es sin duda algo capaz de mejorar la vida de muchas personas… tal vez también la tuya.

En un artículo anterior escribí qué era la ansiedad y compartí algunas formas sumamente efectivas de lidiar con ella, pero hoy quiero hacer algo distinto: brindarte nuevas herramientas para que, más que enfrentarte con la ansiedad, la puedas prevenir antes de que comience a molestarte. Además, con estas sugerencias también podrás fortalecerte interna y externamente, gracias a lo cual disfrutarás no solo de mayor armonía y bienestar, sino que también experimentarás una serie de cambios con efectos directos en otras áreas de tu vida. ¿Te parece interesante? Sigue leyendo, son consejos sencillos y efectivos que puedes comenzar a poner en práctica tan pronto como los termines de leer.

7 formas sencillas, prácticas y efectivas para prevenir la ansiedad.

Cuida de tu alimentación

La alimentación es un factor clave a la hora de prevenir y gestionar la ansiedad.
Nuestra alimentación ejerce un efecto directo en nuestra salud física y mental, por lo que una buena nutrición no solo nos hará ver mejor sino que es imprescindible para nuestro bienestar. Por eso, es importante que sigas una dieta equilibrada (puedes consultar con un especialista si tienes dudas al respecto) que le permita a tu cuerpo funcionar correctamente, responder a las demandas de tu día a día, mantener un estado de armonía integral y, en consecuencia, prevenir padecimientos como la ansiedad.

Sin embargo, no te asustes, cuando te invito a cuidar qué comes no pretendo que te alimentes sólo de ensaladas (lo que muchos, erróneamente, suelen asociar con buena alimentación). De hecho, se ha comprobado científicamente que un trocito de chocolate o una buena sopa caliente tienen efectos ansiolíticos y generan sensaciones placenteras de manera natural. ¡Buen provecho! 😉

Haz del ejercicio un hábito

Se ha comprobado que el ejercicio moderado reduce los síntomas ansiosos.
Ejercitarse de manera regular te permite mantenerte saludable, aumenta tu auto-confianza y, además, hace que tu cerebro libere sustancias (tales como las endorfinas) que evitan la aparición de la ansiedad y, en caso que ya la estés padeciendo, te ayuda a minimizar sus efectos. El ejercicio también puede convertirse en una excelente forma de salir de casa o del trabajo para despejarte de los problemas cotidianos y hacer nuevas amistades que compartan tu estilo de vida… después de todo, ¿qué mejor combinación que salud física, emocional y una grata compañía?

Medita o reza

Meditar y rezar puede ayudarte a disminuir la ansiedad.
En múltiples ocasiones he hablado de los beneficios que tiene el incluir la meditación en nuestras vidas. Se ha comprobado científicamente que poco importa la técnica que utilices o si cuentas con experiencia, el meditar (u orar, si decides que es más apropiado para ti) te permite darle un alto a esos pensamientos recurrentes que solo te generan malestar, al tiempo que te relaja y mejora tu respiración. Además, es fácil, económico (tanto como respirar, literalmente) y es apto para cualquier persona, sin importar su edad, sexo o creencias religiosas. Solo necesitas la disposición para hacerlo y, si no sabes cómo empezar o te gustaría contar con una guía en la comodidad de tu hogar, no te preocupes, tienes a tu disposición una meditación guiada a la cual puedes tener acceso tan solo pulsando este enlace.

Identifica de dónde viene la ansiedad

Aunque parezca aparecer de la nada, identificar la raíz de tu ansiedad es útil para vencerla.
A veces, sobre todo cuando la ansiedad lleva tiempo haciendo estragos en nuestras vidas, pareciera que esta viene a nosotros sin ninguna causa. Sin embargo, la ansiedad no surge de la nada y siempre existe una razón de fondo, aun cuando en ocasiones puede que no sea identificable.

Para prevenir o aliviar cualquier mal es importante conocer qué lo ocasiona, en el caso de la ansiedad mi sugerencia es que si no puedes reconocer qué la desencadena en el momento que estás experimentando el malestar, no te esfuerces demasiado en ese preciso instante (puesto que elevaría aun más tus niveles de tensión y haría más difícil que llegaras a cualquier conclusión satisfactoria). En lugar de esto, cuando te sientas más relajado, comienza a pensar cuáles podrían ser los desencadenantes de tu episodios de ansiedad y si aún así no se te ocurre nada un truco que he hallado sumamente útil es anotar en una libreta las ocasiones en las que recuerdes que has experimentado fuertes niveles de ansiedad y luego tratar de relacionar estos eventos buscando características en común.

Luego de identificar causas tentativas de tu ansiedad, hay varias cosas que puedes hacer para trabajar en ellas… en este caso, te sugiero dos alternativas que con el tiempo harán que la palabra ansiedad no pase siquiera por tu cabeza:

1. Mira las cosas en perspectiva: A veces, tendemos a visualizar el peor escenario posible o a preocuparnos en exceso por problemas que no son tan graves (como dicen coloquialmente, nos «nos ahogamos en un vaso de agua»). Si eres de los que suele hacerlo, te invito a que hagas uso de la objetividad y evalúes las probabilidades que existen de que ese escenario tan terrorífico ocurra, a que imagines qué consecuencias reales podría tener en tu vida y, por último, qué otras cosas podrían suceder. Te darás cuenta que generalmente las probabilidades no se inclinan hacia la peor alternativa y que cuentas con muchas herramientas y opciones adicionales, con lo cual esa imagen tan desagradable que te angustiaba perderá fuerza y además movilizarás tus recursos internos para sentirte mejor.

2. Expresa lo que sientes: La ansiedad es una sensación abrumadora, así que una excelente forma de prevenir todo ese malestar es no saturarnos de aquello que nos incomoda y dejarlo salir de una u otra forma antes de que se acumule en nuestro interior. Por eso, te invito a que hables con alguien (un familiar, amigo o terapeuta, por ejemplo), escribas, bailes… cualquier cosa que se te ocurra y te permita «poner afuera» eso que parece sobrepasarte adentro, dándole sentido y coherencia a esa sensación que puede ser tan fuerte y a la vez difusa.

Organízate

No permites que la ansiedad te tome desprevenido, evta la incertidumbre llevando una agenda.
Uno de los factores que desencadena con más frecuencia la ansiedad es el sentir que no cumplimos con nuestros compromisos o que no nos dará tiempo para realizar todo lo que queremos. Tanto para tu bienestar como para tu productividad te recomiendo que lleves una lista de cosas por hacer en la que priorices tus pendientes e incluyas un número de tareas y un tiempo para realizarlas que sea realista y saludable. Conforme notes que tu desempeño se adapta a lo que programaste, o al menos se aproxime, la ansiedad será cada vez menos frecuente, te sentirás más eficaz, con más control y serás más productivo.

Toma descansos programados

Relacionada con el punto anterior, esta es una sugerencia que quizás por el ritmo de vida actual o por desconocimiento muy pocos siguen, aun cuando es tan beneficiosa. Muchas personas creen que debemos dar una pausa solo cuando estamos cansados (o, mejor dicho, agotados), cuando la verdad es que lo ideal es que contemos con un tiempo de trabajo y de descanso que nos permita mantener un nivel de actividad óptimo, al mismo tiempo que conservamos nuestra salud. Son más sanas y productivas un par de horas de trabajo enfocado y bien administrado que una jornada exhaustiva donde no solo te agotas sino que tu mente termina, inevitablemente, divagando para poder abstraerse del malestar o saturada por la angustia del trabajo en exceso y sin los resultados esperados.

Consulta a un profesional

Hay profesionales capacitados para ayudarte a gestionar la ansiedad.
Si sientes que no puedes prevenir ni lidiar solo con tu ansiedad, o simplemente no quieres hacerlo, es totalmente válido que consultes a un profesional que cuente con la experiencia y conocimientos para ayudarte. Un experto podrá brindarte alternativas efectivas y adaptadas a tus características y necesidades para que puedas prevenir no solo la ansiedad y otros padecimientos relacionados, sino también para que desarrolles un estilo de vida saludable que te lleve a alcanzar la plenitud que todos deseamos.

Luis Gil– Inspira y Avanza. Puedes tener la vida que deseas. Sabemos cómo guiarte: www.luisgilconsultoria.com

Desarrollo Personal y Profesional.  Mentoring Empresarial. Conferencias y Talleres transformadores.
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Basado en textos de: http://theanxietyguru.org/natural-ways-to-deal-with-anxiety-attacks/ y https://www.unilad.co.uk/health/these-simple-tips-will-help-you-deal-with-stress-and-anxiety/
Imágenes cortesía de: https://www.themavencircle.com/relax-and-calm-your-anxious-mind/, http://nutritionrealm.com/benefits-healthy-eating-foods/, http://www.familygoodthings.com/15-surprising-ways-exercise-can-help-marriage/, http://www.freepik.com/free-photos-vectors/meditating, http://absfreepic.com/free-photos/download/a-thinking-man-5472x3648_45211.html, http://meetingpool.net/a-digital-marketing-checklist-for-events/ y http://www.salud180.com/salud-dia-a-dia/ya-puedes-deducir-consultas-de-psicologos-y-nutriologos-no-mas-pretextos

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