Poner en marcha un proyecto como el que Felipe y yo vislumbramos en una empresa donde antes no se había hablado en ningún momento de estas ideas tiene las mismas dificultades que cuando uno se encuentra con un amigo o colega y le dice que está haciendo un ínterin como Chief Happiness Officer… todo el mundo te dice ¿¡Chief qué!? Como pareciéndole extremadamente extraño el concepto de Happiness dentro de una función profesional. Aunque es algo que puede requerir un poco de esfuerzo explicarlo, no genera ningún problema cuando es a personas que no estén directamente «afectadas» por la función, pero sí que es un gran desafío cuando es precisamente el equipo o el capital humano de la empresa donde vas a trabajar el que no tiene claro en qué consiste el rol que desempeñarás.

Inicialmente todo el mundo imagina a un Chief Happiness Officer y a las empresas que tengan esa cultura como una compañías que buscan el goce y la diversión. Entonces, suelen imaginarse esos espacios abiertos de Google con toboganes, con mesas de ping pong, etcétera… y sí, es verdad que esa es una forma de conseguir un concepto de felicidad, lo que ocurre es que realmente existe más de una definición de «happiness» y hay una que aplica particularmente de manera mucho más rigurosa a lo que a mí me gusta llevar a cabo dentro de los equipos. Os la pongo a continuación literalmente, se trata de una cita del libro “An Everyone Culture: Becoming a Deliberately Developmental Organization», del gran autor Robert Kegan:

«… La literatura de investigación sobre la felicidad sugiere otra definición, una que se superpone pero a la vez es significativamente diferente: la segunda definición ve a la felicidad como un proceso de florecimiento humano. Esta definición, cuyas raíces se remontan a Aristóteles y al concepto de eudaimonia de los griegos, incluye una experiencia de significado y compromiso pero en relación con la satisfacción de experimentar el crecimiento y desarrollo propio, convirtiéndonos de esta forma más en la persona que estamos destinados a ser, trayendo más de nosotros mismos al mundo.

Así, como los dolores de parto son parte de traer nueva vida al mundo, el proceso de desarrollo humano, de ver y superar nuestras propias limitaciones previas, puede implicar dolor. A diferencia de la felicidad como un estado provocado al experimentar solo las llamadas emociones positivas, la felicidad como proceso de desarrollo incluye las experiencias de pérdida, dolor y sufrimiento (para generar al final justo lo opuesto a estas vivencias… gozo, satisfacción, propósito, plenitud).

Este otro tipo de felicidad puede estar menos de moda en un mundo embelesado por el placer, el estímulo y la evitación del dolor, pero para cualquiera que lo haya probado, tal como testifican nuestros informantes de DDO, es un tesoro maravilloso y de valor superior».

Por lo tanto, ese florecer de la persona, esa capacidad de aprender y poner en práctica sus aprendizajes, de sentir que está aprovechando su talento y le está dando un significado y un sentido a lo que hace es de lo que realmente creemos que se trata el concepto profundo de «happiness» aplicado a la cultura empresarial. Precisamente por eso, es este significado el que tomamos como guía para las acciones que llevamos a cabo en la empresa, empezando por explicar muy bien que ese es el foco que vamos a tener desde mi rol de Chief Happiness Officer, porque al principio no faltó quien dijera que hablar abiertamente de un conflicto entre personas del equipo no valen porque «no son happy» y ese tipo de cosas que desvirtúan el trabajo que queremos realizar, pero que son comprensibles cuando no se tiene una idea clara de lo que se está haciendo.

Como veis, un concepto puede parecer solo un inicio pero es una parte fundamental que debemos detenernos a pensar: si no explicamos muy bien de qué se trata lo que vamos a hacer se genera una confusión que puede favorecer que algunos se tomen licencias inadecuadas o experimenten resistencias a involucrarse en todo el proceso de cambio.

Luis Gil– Inspira y Avanza. Puedes tener la vida que deseas. Sabemos cómo guiarte: www.luisgilconsultoria.com