ENLACES ÚTILES
© 2020 – Luis Gil
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¿Alguna vez has pensado cuánto tiempo pasas con la mirada fija en la pantalla del móvil? Si piensas que debe ser de apenas unos minutos…¡piensa otra vez! Hay estudios que concluyen que una persona promedio revisa su teléfono unas 190 veces al día; sí, 190 veces, ahora solo imagina cuántos minutos de tu día (por no decir horas) le dedicas a la pantalla de tu teléfono. Muchos de nosotros (y me incluyo en esto) solemos revisarlo cuando se activa una alarma, cuando recibimos mensajes, llamadas… ¡incluso cuando no está sonando y ni siquiera necesitamos utilizarlo!
Inicialmente, el objetivo de los dispositivos móviles era acercarnos a aquellas personas que están lejos y, luego, con la llegada de los teléfonos inteligentes, surgieron aplicaciones destinadas a divertirnos y a optimizar nuestro tiempo. No obstante, hoy en día les damos usos que no son tan beneficiosos, nuestros teléfonos móviles se han convertido en un medio de distracción, de alejarnos del momento presente y no conectar con nuestras preocupaciones, le hemos concedido tanto espacio a nuestro teléfono que muchas personas han llegado a perder su privacidad, llegando al punto de dormir o ir al baño con ellos.
Es tan común el uso desmesurado que le damos a nuestro móvil que se ha tornado un problema silencioso, que fácilmente puede pasar desapercibido. Sin embargo, este problema puede tomar la forma de una adicción, con características similares a la del consumo de algunas sustancias… así que, si identificas que tienes dificultades para estar sin tu móvil, sigue leyendo y te contaré un poco más sobre sus efectos perjudiciales y cómo equilibrar el uso que le damos a este dispositivo.
Si bien los teléfonos celulares hoy en día representan muchísimas ventajas, su uso desmedido puede tener efectos perjudiciales para nuestra salud. Debido a esto, es importante que sepas:
1. El móvil emite radiación y ondas electromagnéticas potencialmente peligrosas para tu salud. De hecho, hay estudios que apoyan la hipótesis de que el uso excesivo del teléfono celular está vinculado con el desarrollo de distintos tipos de cáncer.
2. La alta frecuencia de uso del móvil se relaciona con un aumento significativo de los niveles de estrés y dificultades para mantener la concentración; de igual manera, la luz de los teléfonos celulares dificulta la producción de melatonina (la hormona encargada de regular el sueño) e incluso tiene la capacidad de aumentar nuestro apetito, favoreciendo que aumentemos de peso.
3. Usar durante mucho tiempo el móvil incrementa el riesgo de sufrir problemas de visión: Las letras pequeñas de los móviles y una luminosidad muy alta en sus pantallas promueven la fatiga visual, lo que a la larga puede volverse un problema crónico, ocasionando que necesites usar gafas.
4. El pasar largos periodos de tiempo abstraído utilizando el móvil puede distanciarte de aquellos que te rodean, afectando directamente tus relaciones y tu bienestar.
Si ya has identificado que tienes problemas con el uso del móvil, ¡felicidades! Ya tienes buena parte del camino recorrido. Si el móvil te está ocasionando dificultades en las distintas áreas de tu vida y ha invadido tu privacidad, lo primero que debes hacer es ponerle límites. ¿Quieres saber cómo? A continuación te brindo algunas recomendaciones:
– Establece momentos en los cuales no usar el móvil, salvo en casos de emergencia. Momentos ideales para estar libres de nuestros teléfonos son las horas de comer, al dormir y al compartir con nuestra familia.
– Aprende a decir «no» y a postergar: Puede ser difícil al comienzo, pero todo comienza por respetar tu propio tiempo y tus actividades, decir «ahora no puedo» o «te llamo más tarde» (algunos móviles incluso tienen estos mensajes automatizados) te permite dedicarte de lleno a lo que estés haciendo, establece límites y disminuye las posibilidades de que termines lleno de ansiedad mientras atiendes varias cosas a la vez.
– Fija un horario y establece tiempo para las llamadas: Esta sugerencia se relaciona con las dos anteriores, consiste en que establezcas un horario para el uso del móvil que incluya, además, el tiempo que le dedicas al teléfono. De esta forma, puedes decidir cuánto pasar atendiendo llamadas o escribiendo mensajes, estableciendo un criterio que optimice tu tiempo e impida que estés atado por horas al teléfono sin darte cuenta.
– Prueba el modo avión: Si apagar el móvil te parece una locura, prueba usar el modo avión en aquellos momentos en los que decidas desconectarte. De esta forma, el teléfono no estará sonando cuando así lo decidas y podrás volver a usarlo rápidamente cuando lo necesites.
– Consulta a un especialista: Si las recomendaciones anteriores no son suficientes o sientes que necesitas ayuda especializada, no te preocupes, hay profesionales capacitados para ayudarte. Solo tienes que tomar la decisión.
Recuerda: La telefonía móvil fue creada para acercarnos. Si estás revisando tu teléfono mientras sostienes una conversación cara a cara le estás diciendo al otro, de manera más o menos directa, que quieres estar en otro lugar y que tu prioridad es otra persona. Por eso, mi mayor sugerencia es: ¡Guarda el móvil, mira a los ojos a los demás y disfruta la compañía de los que te rodean!
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