Hace ya dos meses (¡como pasa el tiempo!) hablábamos un poco de la coherencia en: «Cansado de tanto postureo«, pero últimamente he trabajado con varios equipos y sus líderes donde hay mucha ausencia de coherencia individual y colectiva. Por supuesto es algo que también puedes ver en las familias, los grupos de amigos… la sociedad en general. La falta de coherencia está por todos lados y nos convierte en grupos donde la desconfianza es un denominador común, y si no hay confianza… ¿que podemos construir de cierto valor? Exacto, nada.
Un poco de coherencia para construir confianza.
Si a estas alturas no te has parado a pensar que relación tiene la coherencia con la confianza, este es un momento fantástico para hacerlo. ¿Cómo se genera la confianza? ¿como se refuerza?
Es tan sencillo como llevar a cabo aquello que digas. Conozco a líderes, a conferenciantes, a gurús del desarrollo personal que te dicen que hagas algo que ellos no hacen ni por asomo. ¿Te sueña? La coherencia brilla por su ausencia. Si me dices que vas a hacer algo y lo haces, el apartado donde se mide la confianza que puedo depositar en ti se llena un poco… y así sucesivamente. Coherencia y confianza van de la mano, y en una empresa, una familia, un país donde no podemos confiar en los demás… ¿que nos queda?
[Tweet «Sin coherencia ni confianza ¿que nos queda? «]
La coherencia empieza con uno mismo.
Por supuesto que hay una coherencia hacia los demás que todos deberíamos analizar en qué estado se encuentra pero, ¿y la coherencia con nosotros mismos? ¿eres capaz de pensar-decir-hacer en armonía incluso aquellas cosas que no aparecen frente a los demás? Aquellos momentos donde quieres definir tu vida, tu día a día, y piensas en tus deseos, en tus valores… ¿son los adecuados para tus objetivos? ¿acabas llevándolos a la práctica?
[Tweet «El triángulo mágico es: PENSAR – DECIR – HACER ¿lo cumples?»]
Si, puede que sean muchas preguntas, pero éstas u otras similares son imprescindibles si quieres comenzar a sentir que la coherencia gobierna tu vida, la de tu familia, la de tus equipos. Tal vez no seas el «líder» natural, pero sembrar coherencia siempre tiene premio. Por cierto, si eres «líder» de equipo, familia, país (no sea que nos estén leyendo alguno de los candidatos a la presidencia del gobierno 😀 ) entonces es totalmente imprescindible. Toca un trabajo intenso en aquellas organizaciones a las que llego y hay una cultura de desconfianza en el ambiente. Afortunadamente, con compromiso y herramientas, tiene remedio.
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Feliz día.