9 pautas para detectar un líder tan malo como Rajoy

Share on facebook
Share on whatsapp
Share on twitter
Share on linkedin
Rajoy…pensativo…¿qué visualizará?…

De entrada, si estás leyendo esto desde España y, lo hayas votado o no, Rajoy es igualmente tu jefe, el presidente del gobierno y el que hace y deshace (sobre todo por su mayoría absoluta) en la manera de gestionar esa «gran empresa» que es nuestro país, España.

Parecería casi increíble pensar que alguien como Rajoy pudiera llegar a dirigir una gran empresa si, en lugar de ganarse la confianza de aquellos que esperan que se cumplan las promesas, fuera un consejo de administración o una junta general de accionistas quien se encargara de vigilar su gestión. Sobre todo por la posibilidad de poder despedirlo de inmediato, por mucha indemnización millonaria que pudiera conllevar un blindaje de alto directivo (si es que su mala gestión no permitiera hasta un despido «barato»). Sin embargo, hay muchos rasgos que se identifican en él que seguramente hayas podido sufrir en un jefe directo en tu desempeño laboral. Si identificas algunos de estos rasgos, es posible que hayas tenido que sufrir a un «NO-líder Rajoy» también en el trabajo:

– Busca contentar a su superior por encima de todo. ¿Es tu jefe uno de esos que sólo intenta aparentar frente a su superior? Esos que te hacen trabajar a fondo en un gran informe para luego, en la soledad del despacho, o incluso frente a tus narices, atribuirse el mérito del mismo. Esos que saben que no es justo lo que les están pidiendo, que puede crear problemas a su equipo e, indirectamente, perjudicar a la empresa, pero sólo están pensando en soltar una sonrisita falsa y luego ir a machacar a su equipo, pase lo que pase. Sólo tenéis que pensar en alguna reunión de Rajoy con Merkel… ¿os suena?

– No escucha las necesidades de sus colaboradores. Un buen jefe sobre todo ESCUCHA. Sabe escuchar a las personas que más conocen las necesidades de su función, aquellos que realmente la realizan. ¿Llevas diciéndole a tu jefe meses que se siente contigo para que puedas hacerles unas propuestas de mejora en tu área y nunca tiene tiempo? O tal vez es peor, se sienta, mira para otro lado mientras hablas, y luego te suelta frases del tipo: «Mira, eso está muy bien pero ahora lo que hay que hacer es apretar el culo, sacrificarse y trabajar… y menos pensar». No os sorprendáis, a mi me lo han dicho en algún momento de mi carrera profesional. ¿Qué necesita Rajoy para escuchar a la increíble masa de personas que le piden actuar de otra forma?… Orejas tiene, pero desgraciadamente, solo las usa a pleno rendimiento cuando habla con Obama, Merkel, Draghi….

– No comunica de una forma «humana» y cercana. ¿Es tu jefe uno de esos que se pone a hablar y a los 30 segundos no puedes seguirlo? Seguro que no serías capaz de detectar la diferencia de su tono de voz y una máquina expendedora de tabaco. Un ritmo monocorde y carente de armonía. Un lenguaje técnico y neutro que no conecta con la emoción. Frases hechas, vueltas y más vueltas para finalmente no decir nada. Sales de la reunión y no sabes qué se ha dicho allí. Y eso si tienes la suerte de estar en una reunión y no ha tomado la decisión de comunicarse contigo sólo por mail, porque anda «liado»…cuando en el fondo es una excusa para no tener que escucharte, para no enfrentarse al reto de provocar la emoción, tu compromiso, de entrar en el diálogo crítico, creativo y enriquecedor. Aquí sí que podría escuchar y mimetizar a Obama y, sobre todo, alguien debería decirle a Rajoy que las comparecencias por pantalla de plasma no lo hacen más moderno, y sí más cobarde.

– Su «plan» es una continua improvisación. Ese jefe que hoy es blanco, mañana es negro, pasado de nuevo blanco. Y tú venga deshacer el trabajo y volverlo a enfocar y reconstruir… sin saber siquiera el motivo. Sí, con suerte él te lo justificará diciendo que «los últimos estudios dicen que…»; y digo con suerte porque la mayoría te dirá que «porque sí… y a trabajar!». Rajoy tiene un plan, eso está claro. Su plan debe llamarse «A ver qué me invento hoy». En caso de que ese plan no le ofrezca nada concreto, utiliza un segundo plan llamado «A ver qué orden me mandan desde la troika».

– Malinterpreta optimismo por demagogia. ¿es tu jefe ese que cuando bajáis ingresos te dice que está muy contento porque al menos se está «desacelerando el ritmo de la bajada» con lo que la «desaceleración está creciendo» y eso es muy positivo, aunque de momento siga rebajándote el sueldo para «equilibrar el ritmo inconstante de ese crecimiento negativo»? ¡Qué positivo!, eh? Tres hurras por el jefe que nos sigue bajando el sueldo. Rajoy en esto es un maestro. No hace falta ni poner enlace aquí para buscar un ejemplo.

– No se rodea de personas capaces, preferiblemente más capaces que él. ¿Te ve tu jefe como una amenaza? ¿Sientes que te está frenando la progresión y que si destacas mucho tratará de cambiarte de área o despedirte? Es lo que ocurre con un jefe que tiene Miedo. Miedo de que sus pocas capacidades queden al descubierto. Miremos al equipo que rodea a Rajoy… la escena de la «indemnización en  diferido» de Cospedal la habría patentado el propio Groucho Marx. Si tienes que mentir, si a la vez tienes que salir en público a mentir, al menos ten la habilidad de hacerlo bien.

– Elude los problemas directos. ¿Es tu jefe de esos que te está siempre diciendo que hay que ahorrar con la hoja de gastos, y llevarla al día, pero él siempre la entrega con retraso? ¿es de esos que te pide un esfuerzo en el consumo del móvil, pero luego se irrita si le dicen que él gasta mucho?. No pasa nada, dile que es muy buen método decir «que el jefe que estuvo antes en su lugar lo hizo mucho peor con los tickets de restaurante». Rajoy lo hace todo el tiempo (y Rubalcaba también) y se queda tan tranquilo.

– Se emborracha de poder y desentiende a sus accionistas. Ojo, ¡que los accionistas de Rajoy somos nosotros! y si… ni caso. He visto a jefes pensar por un momento que están por encima del bien y del mal y comenzar a pensar en ellos mismos s
in atender a los requerimientos de los accionistas. Como dije más arriba… a esos los pueden echar.

– NO ES UNA REFERENCIA. ¿Quieres parecerte a tu jefe? ¿Crees que a nivel profesional tiene muchas cosas de las que aprender, nutrirte, desarrollarte? ¿Te hace mejor cada día que estás junto a él? ¿Lo pones como ejemplo o piensas ante un problema en tu área… cómo lo haría él? Si contestas no a todas estas preguntas, tienes una mala referencia como jefe, y esto es lo más duro de llevar porque en el fondo, TODOS APRENDEMOS CON EL EJEMPLO, y sólo un buen ejemplo nos hace cambiar y evolucionar. ¿Qué podemos sacar cada uno de nosotros como un buen ejemplo de la gestión de Rajoy?… no hay más que decir.

Desgraciadamente para el que escribe, y creo que también para todos los que vivimos (sufrimos más bien) esta época gris en España, Rajoy no es el único mal dirigente, es sólo un ejemplo de una clase política nacida en la política, sin experiencia en la empresa ni contacto con la realidad, que no permite atisbar lideres a los que seguir en un nuevo camino, cada día más urgente de comenzar. Tal vez lo que necesitamos es que en esta nueva era sean nuevas personas las que tomen el liderazgo.

____________________________________________________________________________

Puedes tener la vida que deseas. Nosotros te ayudamos a conseguirlo: www.luisgilconsultoria.com

Primera sesión gratuita de coaching personal o profesional. Programas de desarrollo ejecutivo.
______________________________________________________________________________


Imagen obtenida de  www.publico.es
Blog bajo licencia Creative Commons.

¿te unes ?

700 suscriptores ya disfrutan el mejor Contenido para Escalar sus Negocios.

 

Suscríbete aqui:

 


Nombre  *
Apellido *
Email *
*
*Campos Obligatorios
Acepto la  Política de privacidad.   

¡Formulario Enviado!

Revisa tu bandeja de entrada para confirmar la dirección de email

( 😀Si ves que tarda en llegar, mira en el buzón de Spam, a veces se puede colar ahí )

Share on facebook
Share on whatsapp
Share on twitter
Share on linkedin
¿Quieres preguntar algo?