En artículos anteriores os he hablado de la Cultura en organizaciones y equipos de trabajo, pero ¿cómo funciona todo esto en esas empresas de autónomos o trabajadores freelance?
Aunque se trate de una persona que trabaja de manera totalmente independiente o establece diversos grados de colaboración con otras personas o equipos, siempre se conforma una Cultura de trabajo. Esto se debe a que, en el fondo, un trabajador independiente que quiera tener un flujo de trabajo estable y escalar en su actividad debe pensar como una microempresa. Veámoslo con mayor detalle.
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¿En qué se parecen un trabajador independiente y una empresa?
Ambos deben diseñar una propuesta de valor, unos objetivos y una estrategia para alcanzarlos. Además, necesitan analizar cuál es la mejor forma hacer todo esto y si se está haciendo en la mayoría de las empresas de un sólo empleado.
Seguramente más adelante realizaré una guía de este tipo, porque he colaborado con muchos autónomos para impulsar su proyecto y la mayoría de ellos eran grandes profesionales en su área de conocimiento, pero no tenían idea de cómo funcionar y crecer como empresa.
Identidad personal y Cultura Organizacional
En el caso individual, cuando nos referimos a una empresa donde todo ese ecosistema de personas del que antes hablábamos se reduce a una persona y la forma como interacciona con clientes, proveedores, etc., la Cultura termina siendo la propia Identidad de esa persona.
Es cierto que la parte de la identidad que más pesará será todo el componente profesional, pero como no podemos separarnos en nuestra mente como si fuéramos elementos estancos, habrá una gran influencia en esa parte profesional de todo el carácter, las creencias, la forma de ser y, en resumen, de la identidad personal.
Por supuesto, esa persona tampoco es indiferente con el afuera. Lo que ocurre en el entorno le afecta y le va influenciando de forma consciente o inconsciente. Por tanto, en el caso de que establezca relaciones de colaboración, la Cultura pasa a ser la cultura del proyecto. Esa cultura será una mezcla de las individuales que intervienen, y es fundamental que todos los actores implicados la hagan suya porque serán las reglas de juego, el ambiente en el que se va a desplegar la estrategia colaborativa. Debe ser asumible y aceptable para todos porque, en caso contrario, el éxito de esa colaboración será prácticamente nulo.
¿Debe un autónomo considerar el tema de Cultura?
La respuesta es clara. ¡Por supuesto que sí!
Estas ideas son aplicables incluso a los casos más particulares, ya sean analizados en forma de cultura o de identidad profesional. Contar con la capacidad y experiencia de una persona que pueda guiarte en este proceso será fundamental para que pueda realizar un análisis y un plan de trabajo diseñado a la medida de cada quien.
Conclusiones
Si bien es fundamental tanto para empresas como para autónomos atender la Cultura de su Organización, es igual de importante que sepan escoger cómo trabajar en ella y en quién buscar apoyo.
No tendría sentido ir a una consultoría gigante para recibir ayuda (posiblemente una sola persona no pueda pagarla) porque su metodología no va a encajar bien con su empresa. Lo ideal es trabajar con alguien de experiencia y con una forma de abordar cada proyecto flexible y escalable.
Luis Gil Consultoria. Ayudo a PYMES, Emprendedores y Autónomos a escalar su negocio de forma sostenible en el tiempo.
