Hasta hace algunos años muchos creían que la Cultura de una Organización no era más que un puñado de palabras bonitas que reflejaban los deseos de la empresa al momento de su fundación o, peor aún, se trataba a la Cultura como un mensaje cuyo objetivo era agradar al cliente para vender… afortunadamente, la realidad se ha encargado de derrumbar esas creencias tan limitadas y hoy en día contamos con una comprensión mucho más profunda sobre la Cultura Organizacional.
De eso es de lo que quiero hablarte en este artículo. Con esta mini-guía quiero compartir contigo una visión actualizada y fácilmente comprensible de lo que es la Cultura Organizacional, por qué es importante y cómo podemos utilizarla a nuestro favor.
Tabla de Contenidos
¿Qué es la Cultura Organizacional?
El concepto de «Cultura Organizacional» lleva casi setenta años evolucionando. Al principio, se basaba en aplicar la idea de cultura a contextos donde hubiera equipos de trabajo, debido a que se había observado que las personas que trabajaban en una corporación y tenían ciertos elementos en común mostraban un mayor compromiso y se les hacía más fácil el logro de sus objetivos… estas observaciones dieron inicio a una serie de investigaciones que permitieron comprender la complejidad del término y su valor intangible dentro de cualquier organización.
Por tanto, podemos definir la cultura como la base de toda organización, sería el equivalente al ADN en los humanos, es decir, un elemento fundamental para determinar quiénes son, su formación profunda y sus posibilidades de desarrollo e interacción con el mundo.
Reconocer la importancia de la Cultura de nuestra Organización no es un asunto trivial ya que es su identidad, la base sobre la cual construimos cualquier estrategia y funcionamos como un ecosistema completo. Sigamos reflexionando sobre estos temas para decidir conscientemente cómo queremos que sean los cimientos de nuestra compañía.
La Cultura en las Empresas de un solo empleado (autónomos)
Si bien hasta ahora te he hablado de empresas y equipos de trabajo, todo esto aplica también a trabajadores independientes y a aquellos que trabajan por su cuenta pero estableciendo distintas relaciones de colaboración.
En el fondo, a pesar de que trabajen de manera individual, funcionan como una microempresa… o así deberían hacerlo si aspiran a crecer en su negocio. Tal como si fueran una organización más grande, deben diseñar una propuesta de valor, trazar unos objetivos y definir una estrategia para alcanzarlos.
La Cultura en este tipo de empresas, entonces, termina siendo la identidad de la persona (solo que con un mayor peso del componente profesional). Sin embargo, cabe destacar que la identidad personal no tiene una equivalencia de uno a uno con la Cultura de la empresa, hay autónomos que son excepcionales en sus áreas de trabajo pero no logran hacer crecer su negocio… es necesario que hagan un cambio de mentalidad que les permita pensar como empresa y transformar estratégicamente su cultura-identidad para conseguir lo que se han propuesto.
Cómo se genera la Cultura de una Organización
Todo comienza con los fundadores de la compañía y sus stakeholders. Son ellos quienes identifican una necesidad en el entorno y deciden que pueden satisfacerla, pero que hacerlo excede sus posibilidades individuales, por lo que deben asociarse con otros individuos u organizaciones.
En ese proceso definen sus objetivos generales y específicos, así como formas legítimas de alcanzarlos. Estos elementos que parecen tan concretos poco a poco se convertirán en los fundamentos de la Cultura de esa Organización que recién se está formando.
No obstante, esa es solo la fase inicial. Una vez que la empresa es creada comienza un nuevo capítulo de su historia y, así, la Cultura pasa a integrar su pasado, presente y proyecciones a futuro.
¿Se trata entonces de constituir una empresa y esperar que la Cultura se vaya formando por sí sola? No, por supuesto que no, en ese caso surgiría una Cultura… pero muy probablemente la equivocada. Tal como te explico aquí, la Cultura de una Organización no debe ser dejada al azar, ni construirse de maneras genéricas… empresas, multinacionales y autónomos tienen características y necesidades diferentes, sin mencionar los desafíos particulares del momento que viven, por eso es tan importante contar con un método diagnóstico que pueda reconocer y trabajar aplicando el conocimiento científico a esa unicidad.
Elementos de la Cultura Organizacional
Aún hoy persiste el debate de cuáles son los elementos de la Cultura Organizacional, ya que cada autor cuenta con su propia propuesta. Sin embargo, a fines didácticos, los separaremos en dos categorías: Los elementos cognitivos y los elementos expresivos.
Elementos cognitivos
Los elementos cognitivos se refieren al conocimiento e ideas, conscientes o no, que comparten los miembros de una organización y forman la base sobre la que se construye la percepción de la misma. Los más importantes son los valores, las presunciones básicas y las creencias.
Elementos expresivos
Los elementos expresivos son aquellos que se encuentran más visibles en la organización. Hacen referencia a lo que se dice, a lo que se comparte sobre la empresa dentro y fuera de ella, aportan mucho en la construcción de su identidad, la dotan de sentido y le sirven como guía de acción. Dentro de los elementos expresivos encontramos las historias de la empresa y el componente simbólico.
Intervención en el área de Cultura dentro de una organización
A estas alturas está claro que la Cultura de una Organización va mucho más allá de conceptos sentimentales o abstractos sobre un negocio y que influye de manera significativa en su estabilidad y crecimiento, por eso requiere que cualquier intervención que se vaya a realizar sea capaz de abordar la auténtica dimensión de la empresa y ejecutar acciones a su medida que les permitan disolver cualquier obstáculo que la desvíe de sus objetivos, optimizando su funcionamiento y respetando su esencia.
Es por eso que cada propuesta de intervención en el área de cultura es diferente (¡huye de la que no lo sea!), porque debe considerar el recorrido de la organización, su situación actual en todos los niveles y lo que desea conseguir a futuro.
Sin embargo, a pesar de que cada intervención es única, la mayoría comparten 4 etapas que he explicado con mayor detalle en este otro artículo. Allí podrás aprender cómo se realiza una intervención adecuada y qué puedes esperar si decides realizar una en tu empresa.
Luis Gil Consultoria. Ayudo a PYMES, Emprendedores y Autónomos a escalar su negocio de forma sostenible en el tiempo.
