Si eres emprendedor o autónomo, independientemente de tu área de negocios, las ventas importan. Es una afirmación, sencilla, contundente, inequívoca como pocas y, aún así, hay quienes deciden restarle relevancia a algo tan básico como vender.
Durante mi trayectoria profesional he visto una y otra vez cómo emprendedores talentosos se dejan llevar por una visión muy noble, pero lejana a la realidad. No concretan sus ideas en indicadores de gestión que les otorguen un feedback del entorno y les permita tomar decisiones sobre la marcha… puedes tener ideas muy bellas y una propuesta de valor maravillosa, pero necesitas que tu negocio se mantenga operativo y genere ingresos para poder lograr tus objetivos.
Si no haces que tu negocio se mantenga a flote, no estarás generando las condiciones para que tus clientes te conozcan y se beneficien de lo que les ofreces.
Con todo esto lo que te quiero decir es que todo negocio necesita vender, incluso nosotros tenemos que saber “vendernos” en los ámbitos personal y profesional. Y, para lograr esto, ser bueno y contar con una propuesta de valor sólida es importante, pero también es vital tener una estrategia para hacer que ese valor se traduzca en beneficios para ti y para tus clientes.
No basta con ser bueno, es necesario que los demás lo sepan e identifiquen qué pueden lograr contigo.
El tabú de vender.
A pesar de que seamos conscientes de que tenemos un negocio que requiere dinero para funcionar y crecer, no son poco los emprendedores y empresarios que muestran cierta aprehensión hacia las ventas y el dinero.
Es como si hablar de dinero estuviera mal o como si destinar parte de nuestros esfuerzos en vender significara que de alguna manera valemos menos o no estamos tan comprometidos con nuestro trabajo y nuestros clientes… ¡aunque nada de esto tenga nada que ver!
De hecho, como te decía más arriba, si queremos poder seguir aportando valor a nuestro público objetivo, necesitamos que nuestra empresa se mantenga funcionando y que cuente con condiciones que permitan mantener su calidad.
“Si no sabes vender, es mejor no emprender”. Jürgen Klaric.
Al vender no estamos haciendo nada deshonesto… al contrario. Simplemente estamos planteando de manera clara qué ofrecemos, cuál es la inversión necesaria para obtener ese beneficio y qué impacto tendrá en la vida de quien lo adquiera. En otras palabras: se trata de contar con una propuesta de valor y establecer las condiciones para que todas las partes puedan resultar beneficiadas. Es un intercambio que, bien conducido, es bastante fluido y agradable.
Si quieres que tu proceso de ventas sea claro, transparente y efectivo, no dejes de aplicar estos consejos:
1. Conoce bien tu producto o servicio:
Sé consciente de los puntos fuertes y área de mejora de lo que ofreces para que puedas transmitirles ese conocimiento a tus clientes potenciales. En momentos como estos, en los que el mercado se ha tornado tan agresivo, la sinceridad es muy valorada y las personas prefieren hacer negocios en los que saben qué esperar (así que no es necesario ni recomendable venderles una fantasía).
2. No des más información de la necesaria:
El tiempo y la atención de tus clientes vale oro, así que no recites de memoria las bondades de lo que ofreces. Es mejor que te adaptes a tu cliente y le suministres la información específica que necesita.
3. No cedas a la presión por vender:
Es muy común, sobre todo si estás en aprietos económicos o subestimas tu producto/servicio, que te sientas tentado a disminuir el costo u ofrecer condiciones distintas para ganar un cliente. Sin embargo, esto afecta tu imagen e incluso tu autoestima… enfócate en que te busquen por la calidad que brindas y no por su precio.
4. Comunícate con todo tu ser (aplica especialmente para las ventas presenciales):
Cuando estamos frente a otra persona de nada sirve tener un discurso maravilloso si cuando hablamos lo hacemos mirando el celular, de manera nerviosa o apurada. Practica para que tu comunicación verbal y no verbal sea coherente y adáptala a las características de cada consumidor.
5. Genera emociones:
Una de las cosas que más potencia las ventas es estimular las emociones de las personas. Plantéales por qué lo que les ofreces es genial, pero también permíteles hacerse una imagen mental y emocionarse con lo que pueden llegar a lograr con eso.
6. Escucha:
En un mundo tan atareado como el nuestro, donde estamos tan sobreestimulados que todo parece gritar, la posibilidad de ser escuchado es maravillosa. Aprende a hacer silencio, escucha a tu cliente y ofréceles lo mejor en función de su necesidad.
Luis Gil– Inspira y Avanza. Puedes tener la vida que deseas. Sabemos cómo guiarte: www.luisgilconsultoria.com