Como os explicaba en un artículo anterior, la Cultura de una Organización es tan importante que puede determinar su éxito o fracaso. Es la base de la empresa y, de cierta forma, el catalizador de su estrategia.
¿Pero de dónde viene? ¿Se forma por sí sola? ¿Basta con escribir algunas palabras bonitas y hacer de ellas nuestra Cultura? Veámoslo en detalle.
Tabla de Contenidos
Todo empieza con los fundadores y los stakeholders
Los fundadores de una organización son determinantes en la formación de su cultura, especialmente al momento de la creación de la empresa y durante sus primeros años. Son ellos quienes, mucho antes de que la empresa existiera de manera formal, identificaron una necesidad en el entorno que iba mucho más allá de sus capacidades individuales, por lo que decidieron crear una organización que pudiera satisfacerla, aportar un valor agregado a la sociedad y obtener a cambio un beneficio, como es lógico.
En este proceso de creación se establece una serie de objetivos para atender esa necesidad, pero también las formas legítimas de hacerlo. Estos elementos, estas reglas de juego que posteriormente se consolidarán en los valores de la organización, deben ser compartidos tanto por los directivos como por el resto del equipo, puesto que es lo que les permitirá trabajan colaborativamente con una visión común.
Sin embargo, a pesar de que la creación de la empresa sea un hito importante en su historia, no es el inicio de la misma. La historia de una organización comienza en la narrativa personal de sus fundadores y en sus motivaciones para crear una empresa particular y no otra. Por tanto, la historia de una organización incluye su pasado, integra su presente e incluso una proyección a futuro.
Sin estrategia definida también se crea una Cultura... la equivocada.
Aunque hasta el momento la neuroeconomía se ha enfocado en las personas (en cómo compran, en cómo reaccionan a estímulos, ofertas, etc.), lo que ha derivado en el Neuroliderazgo y en el Neuromárketing, lo ideal sería que estas ideas también pudieran extrapolarse al mundo empresarial.
Para ello debemos dejar atrás concepciones obsoletas, donde las empresas son vistas como un mecanismo, como un objeto, y entender las empresas como un organismo más, con la complejidad que cada una posee. Ese es mi enfoque y el punto de partida de un nuevo modelo para ayudar a las empresas a entender su potencial y sus aspectos de mejora presentes y futuros.
Las multinacionales lo viven como un especial desafío
Como imaginarás, todo esto representa un desafío especial para las multinacionales, puesto que una empresa con una Cultura sólida en su país de origen que abra una sucursal en un país con una cultura diametralmente opuesta a la suya tendrá fuertes dificultades para sostenerse. No solo por los posibles problemas de funcionamiento a nivel macro, sino por los inconvenientes para mantener cohesionado y motivado a su personal en un entorno que puede resultar contradictorio.
Afortunadamente, con esta información es mucho lo que se puede hacer. Incluso con la visión y estrategia adecuada este factor, que podría verse como una limitación, puede convertirse en un valor agregado que fortalezca a la organización mediante la ampliación de su perspectiva inicial y el reconocimiento de la diversidad de sus diferentes centros.
Pero, ¿y si no eres una multinacional?
Posiblemente tu empresa no sea una multinacional (si lo fuera posiblemente estarías ya “asesorado” por una consultora gigantesca que estaría llevándose una buena retribución para ayudarte con todo esto), pero sí que sigue siendo muy importante justo en sentido contrario.
Te explico: si yo soy un autónomo o una pyme que no es multinacional ni se encuentra en países diferentes al mío, ¿cómo va a ayudarme a implantar o mejorar mi cultura una empresa consultora que aplica metodologías que salen de los resultados de grandes empresas situadas en otros países? ¿qué tiene eso que ver con mi proyecto? Pues, efectivamente, como ya veíamos, poco o nada.
Es necesario que podamos aplicar un método de diagnóstico y de implantación de cultura que permita ver la situación particular de la empresa en su entorno y no sólo una comparativa fría con una estadística de otro entorno.
Por fin un enfoque donde aplicar ciencia a la empresa, y no sólo estadística.
En mi búsqueda por encontrar una metodología de diagnóstico adecuada para trabajar la cultura en las organizaciones, independientemente de su tamaño, he visto que hay dos aspectos clave que la ciencia nos aporta.
– El concepto ecosistema: Nos permite entender una organización como la suma de las partes implicadas (lo que se suele denominar “stake holders”). Y, por tanto, podemos considerarla un “organismo” propio que genera una cultura determinada como reflejo de los organismos menores que la componen.
– El área de la neurociencia: Nos ofrece muchas conclusiones científicas sobre cómo reaccionan esos organismos (personas) a determinadas situaciones. Por tanto, si podemos subir un nivel y ver el organismo superior (la empresa) como un organismo similar, podríamos aplicar todo ese conocimiento para diagnosticar y trabajar cada empresa de forma totalmente personalizada.
Gracias a esas dos áreas de la ciencia, y a un trabajo de investigación para “traducir” esos aspectos de neurociencia y neuroeconomía a la cultura y la identidad de las organizaciones, existe una metodología que, para cualquier dimensión de empresa, ofrece un diagnóstico acertado del momento que vive y también nos da las pistas de por dónde debemos actuar para reconducir la situación de forma que le permita escalar tal como desean sus integrantes.
Conclusiones
La Cultura de una Organización, independientemente de su tamaño, presenta una serie de desafíos y particularidades que debemos considerar si queremos que nos ayude a alcanzar nuestros objetivos.
Es necesario que entendamos que no es algo que una persona define en un momento específico y permanece estático a lo largo del tiempo, sino un elemento complejo en el que intervienen muchos factores y que se encuentra en constante evolución.
Solo si reconocemos la complejidad que esconde la Cultura de una Empresa podremos intervenir en ella y diseñar la estrategia apropiada para que la organización funcione, alcance sus objetivos y pueda crecer de manera sostenible.
Luis Gil Consultoria. Ayudo a PYMES, Emprendedores y Autónomos a escalar su negocio de forma sostenible en el tiempo.