Un gran porcentaje de personas en edad laboral ha decidido romper con los esquemas más tradicionales del trabajo y comenzar a generar dinero por su cuenta: Sin necesidad de ser dependiente de una empresa, poniendo al servicio de otros sus habilidades y determinando tanto el tiempo como la dedicación que tendrán hacia su propio proyecto.
Esta modalidad de trabajo independiente, autónoma o freelance (por el anglicismo) supone un cambio de paradigma. Requiere que la persona transforme su manera de pensar y adquiera una mentalidad que evite que caiga en una rutina de supervivencia y así pueda vivir bajo sus propios términos y de la manera que prefiera.
Antes de comenzar.
Ser freelance está de moda, basta con echar un vistazo a la red para ver cómo miles de personas destacan las virtudes de este estilo de vida. Sin embargo, no es para todos… mucho menos si no estás preparado.
Si quieres ser freelancer, es necesario que te conozcas muy bien para que puedas identificar qué es lo que puedes ofrecer y cómo eso satisface alguna demanda en el mercado. También debes contar con tiempo suficiente para realizar satisfactoriamente tus actividades, así como un buen nivel de constancia y disciplina porque vas a invertir una gran cantidad de esfuerzo y no siempre los resultados son inmediatos (¡aunque vale la pena esperar!).
Además, es primordial que te prepares para dejar atrás ideas obsoletas sobre lo que se supone que es trabajar. Ya no se trata de ir a un lugar a hacer una actividad durante un número determinado de horas a cambio de un salario, ahora eres tú quien debe calcular el valor de su trabajo, cuánto tiempo vas a invertir en él, las condiciones para llevarlo a cabo, etcétera… es un montón de libertad y suena tentador, pero también es un gran desafío.
¿Crees que es un estilo de vida adecuado para ti? ¡Entonces sigue leyendo!
Cómo tener la mentalidad ideal para que tu trabajo como freelancer tenga los resultados que deseas:
1. Asume que vas a tener que ampliar tus funciones:
Supongamos que eres programador y quieres trabajar de manera independiente. Para ello, ofreces tus servicios y estableces cuál será tu tarifa por hora en la realización de un proyecto. Suena sencillo, ¿no?
Si te limitas solo a lo que he descrito más arriba, más temprano que tarde te encontrarás con varias realidades:
– Ofrecer tus servicios requiere tiempo y esfuerzo adicional a tu trabajo como programador (como mínimo debes elaborar tu portafolio, hacer difusión y enviar muchas propuestas). Adicionalmente, para hacer un buen trabajo suele ser necesario invertir más horas de las que formalmente dedicas a cada proyecto, bien sea para formarte, pulir detalles, realizar correcciones, hacer tareas de facturación, entre otros. Debes tomar en cuenta todo ese tiempo a la hora de calcular tu precio-hora, de lo contrario muy pronto te verás saturado, agotado y ganando mucho menos de lo que corresponde en función de tu esfuerzo.
– La interacción con tus clientes es importante y también va a demandar mucho de ti.
– Es necesario que redefinas tu concepto de estabilidad y estilo de vida, así como también tu relación con el dinero.
– Tendrás que aprender de áreas que probablemente te son ajenas, como atención al cliente, comunicación, facturación, etcétera.
… en otras palabras, vas a comenzar a ser tu propia (y mejor) empresa.
2. Realiza un seguimiento de tu propia evolución como freelancer.
Conocer la teoría es fundamental, pero la verdad es que cada caso es único. Por eso, necesitas estar muy atento a tu propio progreso, identificar qué te funciona, qué no, si tu negocio es estable, si tiene ciclos y cuál es el ritmo de tu crecimiento.
Para lograrlo puedes utilizar indicadores clave de rendimiento (KPI’s, por sus siglas en inglés), hacerlo te aportará información de tu estado actual, de las áreas que necesitas atender para seguir evolucionando y te permitirá hacer un pronóstico. A la hora de establecer tus indicadores, cuida que sean:
ESpecíficos.
Medibles.
Alcanzables.
Relevantes.
Tener un plazo.
La mayoría de los freelancers no atiende sus KPI’s, al menos en sus inicios, después suelen estar tan centrados en ganar clientes y culminar proyectos que les cuesta adquirir un método sano de trabajo. Así que te invito a hacerlo de una vez, tomando en cuenta tu estado actual, tu modelo de negocios y tus metas específicas. Por ejemplo, los KPI’s más frecuentes se basan en:
Las ganancias:
Tus ganancias son el dinero total que te queda una vez que has descontado tus costes de operación (incluyendo impuestos). Puedes analizar su evolución usando un criterio temporal de un mes y elaborando una gráfica que te permita hacer un rápido análisis visual de tu desempeño.
Los costes de marketing (en términos de tiempo y dinero):
Calcula cuánto inviertes en publicidad, así como cuántas propuestas realizas al mes, el tiempo que empleas en en cada una de ellas y el porcentaje que se concreta en un trabajo… en líneas generales, el tiempo y dinero que inviertes debe ir disminuyendo a medida que creces como freelancer, ya que vas adquiriendo relevancia, contactos y destrezas a la hora de presentar tu trabajo.
Tiempo por cliente o proyecto.
Este cálculo es muy sencillo, tan solo tienes que dividir el ingreso total por el número de horas que invertiste en ese cliente o proyecto (recuerda que la valoración de tus horas es un tema aparte). Algunos clientes requieren más atención que otros y eso es algo que también debes tomar en cuenta. Conforme te hagas experto, necesitarás menos horas por cliente, ese tiempo será mejor remunerado y podrás decidir con qué tipo de personas quieres trabajar.
3. Invierte en los demás y crea redes de negocios.
Es común que los freelancers puedan trabajar donde y cuando quieras (siempre y cuando cumplan con sus clientes). Esto parece atractivo, pero puede llevarte al aislamiento.
Por eso, te recomiendo hacer consciente la necesidad de relacionarte con otros y de dedicarle tiempo a tu familia, amigos y a personas que estén viviendo un estilo de vida similar al tuyo. Hacerlo favorecerá tu salud física y mental, podrás aprender de la experiencia de otros, construir redes de trabajo que se retroalimenten y crear nuevos y mejores servicios, entre muchos otros beneficios.
Piensa en grande… y actúa en consecuencia.
Como te decía al principio, para triunfar como freelancer debes entender que eres tu propia empresa. Es fundamental que lleves al día tus cuentas, tengas presentes tus indicadores de desempeño y, también, que inviertas en ti… para que estés cada día mejor y puedas crecer.
¿Cuáles son algunas alternativas inteligentes de inversión? Las formaciones son clave para mejorar tus habilidades y ser más competitivo en el mercado, también puedes adquirir equipos que faciliten tus tareas, subcontratar personas que te ayuden, reservar tiempo de descanso para recargar tus energías y asesorarte con expertos que te acompañen en este camino que has elegido para ti y te lleven de la manera más rápida y sencilla posible a donde quieres estar.
Si tienes alguna duda, no dudes en contactarme.
Luis Gil– Inspira y Avanza. Puedes tener la vida que deseas. Sabemos cómo guiarte: www.luisgilconsultoria.com