Muchas personas se quedan confusas cuando les decimos que nos disponemos a realizar «coaching». Visto con un poco de perspectiva, tiene todo el sentido. Por un lado, la palabra de por sí ya se las trae. Un término en inglés y que además queda a la mitad entre «entrenador deportivo» y «cochero de caballos en la antigua Inglaterra». Por otro lado, la atención que en España le hemos dado a nuestra vida, tanto personal como profesional siempre se ha enfocado a la resolución de enfermedades, y no tanto al desarrollo de nuestra persona a todos los niveles mientras estamos sanos. Para terminar, dentro del paraguas del «coaching» se han cobijado tantas personas de tan diferente formación, criterio, y sobre todo, intención hacia lo que quieren, que cuesta un poco dar una respuesta que englobe todo.
Es posible que esa indefinición provoque un efecto negativo en el grupo, un posible desprestigio de la función, porque muchas personas pueden resultar desilusionadas, ya sea por las expectativas generadas, ya sea por los malos resultados que puedan obtener. Es algo que creo que se debe tratar con mucha sensibilidad y que debe evolucionar mucho hasta que pueda asentarse en unos términos mas estables. Hay también organizaciones bien establecidas, pero ni todas tienen mismo ideario, ni quizá el seguimiento de lo que realizan sus miembros permita garantizar que se lleva a cabo.
Yo no voy a ir al manual para dejar aquí la definición de coaching, por lo que no pretendo sentar cátedra. Tan sólo me gustaría comentar «en voz alta» mis sensaciones sobre lo que representa para que todo el que visite esta web pueda tener una opinión más, seguro que no la que represente todo el coaching, pero sí la que definirá mi manera de entenderlo.
Llegué al coaching como una gran inquietud por aportar a las personas desde la perspectiva del mundo profesional, pero he podido ver cuánto se parece a lo que he vivido anteriormente en el mundo del deporte. A pesar de haberlo realizado de manera amateur y sin haber desarrollado mucho la función de entrenador una vez que obtuve el título, ambas funciones, la de coach o la de entrenador deportivo son muy similares. Si pensamos en un entrenador de un deporte individual, como por ejemplo el tenis, creo que las funciones son prácticamente las mismas, sólo que aplicadas en ámbitos personales muy concretos.
Para mi, el coaching es transformador. A pesar de que existe un ámbito más técnico en mejoras de aptitudes profesionales concretas (gestión del tiempo, asertividad, trabajo en equipo) y que pueden ser vitales para el desarrollo completo de una persona, el coaching para mi es mucho más profundo. Mi objetivo en el coaching es ayudar a personas a obtener aquello que quieren para su vida. Esto, que es muy genérico, se concreta rápidamente en cuanto te centras en alguien concreto. Para mi, por decirlo de manera explícita, hay personas que solo buscan marcar goles y otras que prefieren dar la asistencia, y yo personalmente prefiero lo segundo. Prefiero ofrecer recursos, opiniones, espacios para reflexión.. en resumen un escenario donde la propia persona encuentre el camino hacia aquello que tanto desea, marcar ese gol personal.
El coaching no se ofrece, se pide. Tiene que ser la persona que lo necesita la que entienda que alguien externo puede ayudarle a ese cambio que interiormente nota que debe afrontar. El coaching aplica técnicas, experiencia, aptitudes, para transmitir con ellas los impulsos necesarios para que la propia persona descubra su particular solución, su camino a seguir.
En mi caso, me encanta provocarlo utilizando la PNL (programación neuro linguistica), otro «palabro» que se entiende mucho más fácil si nos vemos como un computador con miles de programas automáticos, que muchos nos mantienen con vida (como respirar) y otros nos limitan muchísimo (como el miedo a afrontar un cambio de trabajo o de otro tipo). Con la PNL podremos «reprogramar» y mejorar esos programas para obtener la felicidad de la persona que la busca, obteniendo una forma de actuar mucho más congruente con aquella que la persona conscientemente quiere tener.
El coaching para mí, en resumen, busca situar a la persona en el punto de partida de su felicidad, entendiendo como tal, la posibilidad de que la persona consiga estar y desenvolverse de la manera que desea para afrontar sus desafíos. Desde ahí, el camino hacia la consecución de esa felicidad deseada ya sólo puede realizarlo ella. El éxito será suyo y la felicidad también. Mi satisfacción como coach sará ver como lo consigue, pues es a la vez una aportación más a mi propio camino, a mi propia felicidad. Como cuando das una asistencia de gol, que consigues a la vez la felicidad de dos personas.
