Hay momentos donde necesitamos tener fe. Hay que tener confianza en nosotros y nuestra capacidad para elegir lo adecuado. Recuerda, siempre que tomemos la opción que nos dice nuestro corazón, acertaremos. Esto no quiere decir que detrás de la puerta haya siempre un jardín fantástico, un sol brillante templando nuestra piel, el canto de los pájaros y un riachuelo de agua cristalina. Puede que haya un viento huracanado, un cielo oscuro y un frio penetrante, pero no dudes que era lo que tu vida necesitaba para avanzar en la dirección adecuada. Recuerda que una decisión no es buena o mala hasta que el paso del tiempo te da la perspectiva necesaria para poder saberlo. Te dejo un cuento aquí (algunas fuentes lo mencionan como anónimo y otras como propio del filósofo taoísta Liehtsé)que puede hacerte reflexionar sobre esto que te digo y seguramente ayudará a atenuar ese miedo psicológico :
«Una historia china habla de un anciano labrador que vivía en un fuerte abandonado con su hijo. Tan sólo tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo aprovechó un descuido del labrador con la puerta del fuerte y escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para lamentar su desgracia, el labrador les replicó: ‘¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?’ Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su suerte. Este les respondió: ‘¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?’
Cuando el hijo del labrador se dispuso a domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia, pero no el labrador, quien se limitó a decir de nuevo: ‘¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?’ Unas semanas más tarde, el país entró en guerra y el ejército entró en el poblado para reclutar a todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo y se salvó de ir a una cruenta guerra. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe? (!)”
Piensa en esta historia y busca esos momentos en tu vida donde pensaste que era una calamidad aquello que te pasaba y luego resultó ser una bendición; podrás encontrar muchos porque somos expertos en predecir tempestades que nunca llegan a ocurrir (el 90% de los miedos que tenemos no existen ni nunca existirán) así que arrincona a esa voz del ego y no dejes que te impida conseguir tus metas. Respira varias veces y visualiza tu camino. Ten fe en tu decisión y da un paso al frente con valentía. Verás como el suelo permanece firme bajo tus pies.
extracto del manuscrito «La espiral de la felicidad» de Luis M. Gil
fotografía extraida de «destellodesugloria.org»