Teresa Perales es esa persona normal que la vida quiso transformar en extraordinaria. En esta entrevista que os dejo, realizada por el periódico Marca, nos deja unas muestras nítidas de esas cosas que muchos tratamos de inculcar a otros, pero que cuando vienen de serie convierte lo normal en excelente.
Os dejo algunas reflexiones de ella que me han gustado especialmente:
Si volviera a nacer, ¿cambiaría algo de su vida?
No, no cambiaría nada. De lo que más orgullosa me siento es de cuando me tiré al agua por primera vez con ese chaleco salvavidas y porque, gracias a haberme tirado con aquel salvavidas, tengo a mi pequeñajo porque conocí a mi marido. Me hizo una entrevista tras los Juegos. Al final el agua es lo que me ha dado la vida de verdad.
¿Qué cambió para que pasase de poner excusas para no ir a natación a que la piscina sea su vida?
Lo que más cambia es la perspectiva, no sólo por altura, porque al quedarme en silla tengo una altura diferente sino la perspectiva de enfrentarse a las cosas. Con 19 años me quedé en silla de ruedas y me aburría tanto en el borde de la piscina que, como mi familia se metía a chapotear yo dije: ‘pues yo también’. Y así es como empezó todo.
Usted se ha convertido en referente del deporte paralímpico.
No soy referente, sólo soy la que se tira al agua y nada e intenta transmitir los valores de los que supone nadar seis o siete horas en una piscina.