¿Qué ganas a cambio cuando te comportas así?

Muchas personas se preguntan por qué no consiguen cambiar algún comportamiento personal cuando a ellos mismos les disgusta, o simplemente, preferirían actuar en esa situación de una manera muy diferente, mucho mejor. El número de casos posibles es infinito, tanto como personas, pues incluso una manera de llevar una situación puede ser perfecta para una persona y totalmente detestable para otra.

Las puertas del cambio no están fuera, sino muy dentro

En este océano de posibilidades también es cierto que hay algunas que son muy frecuentes en muchas personas, pues parten inicialmente de un concepto más global, basado en la salud o en un patrón social. Aquí tenemos la opción de perder peso, dejar de fumar…etc.
Si nos vamos al primer ejemplo, llega el momento en que, ya sea simplemente por estética, o sobre todo por recomendación para mejorar nuestra salud, sabemos que debemos perder peso. Es posible que estemos convencidos de que esa pérdida nos hará más sanos y posiblemente mejorará nuestra calidad de vida diaria.
En este momento, en el mejor de los casos, hemos dado un paso al frente y hemos ido a un especialista para que nos asesore. Aquí ya podríamos filtrar a muchas personas que ni siquiera dan este paso, conociendo incluso lo que se pueden estar jugando. Tras este punto, ya incluso tenemos en nuestras manos una dieta realizada meticulosamente por un experto que nos promete comer lo necesario, no hacer grandes sacrificios y hasta algún pequeño capricho de aquello que tanto nos gusta, siempre con cierta moderación.
Llega el momento de comenzar… y .. ¡comenzamos! Aquí de nuevo queda mucha gente en el camino, que después de tenerlo todo listo, no comienzan siquiera, pero si además consideramos las personas que no están más de una semana o dos realizando la dieta, el porcentaje sube de una manera exponencial.
Tras pasar por todo este proceso, incluso muchos de los que perseveran ven como al final sólo pueden mantenerse en el peso deseado un tiempo limitado y ceden en su empeño, terminando en una situación similar o incluso peor de aquella en la que comenzaron. Acaban con más peso del que comenzaron, pero sobre todo, con una sensación muy amarga de derrota.
¿Qué está ocurriendo? Pues en la mayoría de los casos lo que ocurre es que no hemos atacado la raíz del problema, sino sólo sus ramas más alejadas. Los seres humanos venimos programados para sobrevivir, y para hacerlo de la mejor manera posible. Y ¿cuál sería la mejor manera posible? Pues para cada persona, lógicamente, es la que buenamente considera mas apropiada dentro del abanico que conoce. Por decirlo coloquialmente, «nadie quiere fastidiarse la vida por gusto». Sin embargo, en muchas ocasiones, visto desde fuera,  parecería que es todo lo contrario y que hay personas que lo único que hacen es actuar de la manera en que mas perjuicio se pueden hacer. Por tanto, de nuevo: ¿qué está ocurriendo? Pues ocurre que no hemos analizado qué está ganando mi cuerpo con esta manera de actuar, pues mi subconsciente piensa, y lo hace con firmeza, que eso es lo mejor que puedo hacer, y hasta que no le de alternativas tan buenas o mejores de las que ya tiene para lograr su cometido, muchas veces oculto a nuestro limitado consciente, no va a dejarnos cambiar por muchas ganas que tengamos. Necesitas cambiar tus creencias, añadir nuevas posibilidades,  y cambiaran tus comportamientos. Introduce en tu vida nuevas alternativas para conseguir tus objetivos profundos y se producirá la verdadera transformación personal.

Fotografia  tomada de: eoi.es

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