Es realmente difícil realizar pronósticos sobre resultados. Si no tenemos un conocimiento especial de la situación, información privilegiada en uno u otro sentido, no es probable que podamos acertar…es normal.
Por otro lado, cuando se trata de nosotros, los pronósticos suelen ser mucho más acertados. Tiene sentido si tenemos en cuenta que una parte importante de las variables las conocemos , o más bien, somos nosotros mismos.

Pero visualizar no garantiza el éxito por si mismo, pues habitualmente el éxito no solo depende de nosotros, sino de muchos factores externos. Tal como decíamos al principio, al menos si que nos permite trabajar previamente en una línea que armonice con el resultado final que queremos vivir.
Se suele afirmar que cuando uno se empeña en que ocurra un resultado, en cierta manera se comporta inconscientemente para que todo ocurra de la manera en que él ha «conspirado» previamente, pero si esto fuera simplemente así de sencillo, todos nos empeñaríamos en que nos tocara la lotería, e iríamos encontrando la riqueza de una forma inmediata. Lo cierto es que esto no es así, pues en muchos casos ya debemos considerar una puntualización importante nada más comenzar. Y es que muchas veces lo que «queremos» que ocurra no es lo que «creemos» que va a ocurrir, y nuestro subconsciente se encarga de «conspirar» como decíamos, pero siempre hacia lo que creemos, no hacia lo que queremos. Por tanto, para ganar opciones, al menos nuestro primer paso debe ser cambiar nuestro sistema de creencias para enfocarlo adecuadamente hacia aquello que también queremos conseguir. Como decía Henry Ford: «Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto». Hay pocas mejores maneras de describir el poder de las creencias en la consecución de nuestros objetivos.
fotografía tomada de: www.objetivos.org