Esta semana hemos hablado mucho de Obediencia. Estuvimos recordando el experimento de Milgram sobre este tema. Es muy interesante conocerlo, os recomiendo que miréis el enlace vinculado a la Wikipedia. Sus conclusiones son terroríficas. En Estados Unidos, en una época incluso de especial desobediencia civil (60’s – 70’s), mas del 60% de las personas que eran solicitadas en un experimento a provocar descargas eléctricas a otra persona, seguían haciéndolo a pesar de los gritos y peticiones de parar que las otras personas daban (realmente eran actores… pero la persona que provocaba la descarga no lo sabía). Obedecían por encima de todo.
En la actualidad, experimentos similares has ofrecido resultados similares. Es decir, seguimos obedeciendo aunque internamente pensemos que lo que hacemos está mal. Cuando se les preguntaba ¿por qué? la mayoría de las personas decían:
«Me dijo el investigador que si pasaba algo sería su total responsabilidad«.
Cuando se le hacía ver que, independientemente de eso, era él quién estaba provocando las descargas a la otra persona, decía:
«Yo sólo era el brazo ejecutor sobre el interruptor, pero la responsabilidad era de él que me daba la orden».
ASOMBROSO…pero cierto.
¿Y nos sorprende un holocausto como el provocado por los alemanes en la 2ª guerra mundial? ¿ Y nos sorprende que estemos sufriendo en España la mayor crisis de la historia y que las personas sigan obedientes en condiciones cada vez más desfavorecidas?…Podemos seguir obedeciendo,todos..hasta la muerte.
Es difícil cambiar, nos enseñaron a obedecer. Desde muy pequeños. Sin mucho razonamiento, sin tener que pensar. Y los referentes no se basaban en ética, o en conocimiento, o en liderazgo, o en buenos valores… habitualmente se basaban en LA AUTORIDAD.
Es cómodo, es sencillo, nos deja sin responsabilidad, y por tanto también sin la presión de sobrellevarla. Pero no te olvides que, al mismo tiempo, te deja sin vida. Eres un muñeco que obedece, eres el que pulsa el interruptor de tu propia descarga eléctrica, eres quien encierra su conciencia incluso para no reconocer que no moverte te está perjudicando a ti mismo.
Y sí, puedes obedecer, pero hazlo después de PENSAR. Obedece a aquello que corresponda con la verdad, con buenos valores, con el sentido común, no sigas apretando el interruptor simplemente PORQUE NOS LO DICEN. PIENSA… PIENSA…PIENSA…y después, OBEDECE A TUS VALORES mas profundos… y justo después…ACTÚA EN CONSECUENCIA.
Luis Gil – Inspira y Avanza
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imagen obtenida de www.edizzz.com
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