Hoy voy camino de Madrid, y justo cuando avanzaba por el metro vi a un hombre de mediana edad tomar las maletas de una persona mayor y ayudarla así a subirse con comodidad. Es uno de esos gestos que solemos ver y que nos hace seguir confiando en el género humano.
Esos HÉROES anónimos que trabajan desde el lado del ALMA, desde el lado de la aportación sin pensar en ese momento en la AMBICIÓN, en lo que yo gano con aquello que justo en ese momento voy a realizar… precisamente cuando esa acción habitualmente les da la mayor recompensa.

Hoy en Madrid una persona, una de esas que vive atrapada en un momento y en una vida que no le termina de satisfacer, o que al menos siente que debe mejorar, comienza conmigo su VIAJE DEL HÉROE… ese viaje que nos saca de la comodidad aparente de una vida incompleta y nos acerca, paso a paso y con la transformación de por medio, a un lugar de PLENITUD. Me emociona que me haya elegido para acompañarle y guiarle en ese viaje.
Y es que tomar esa decisión, tener el compromiso de no sólo querer cambiar de presente, sino de HACER lo necesario para conseguirlo, eso requiere una valentía propia de un HÉROE, y como tal, siento por todos y cada uno de esas personas un profundo RESPETO Y ADMIRACIÓN.
Esta tarde, como cada vez que un proceso comienza, como los varios que han comenzado esta semana, será un momento especial, único, irrepetible… el de ver a una persona, valiente, con su maleta preparada para partir en ese viaje. Seguro que recordaré a esa anciana del metro… seguro que me inspiraré en ese hombre, en ese HÉROE ANÓNIMO, para ayudarla al menos a llevarla en ese fantástico viaje que vamos a comenzar.