Debemos ser conscientes de que esa situación es natural. En ese momento no podemos poner en duda todo lo que hemos avanzado, que el resto de nuestra vida está realmente mucho más equilibrada, no podemos hacer que un mal día nos haga pensar que tenemos una mala vida.

Toca cuidarse, toca protegerse, toca escuchar lo que te están diciendo desde dentro de tu cuerpo, tu alma, tu mente subconciente. Si no tuviéramos de vez en cuando un mal día no seríamos seres humanos.
Es el momento de escuchar pero también el momento de marcar el día del retorno, de decidir que puedes aceptar que eres humano y estás mal, pero que eso será algo que te acompañe en este día, o en esa tarde, o quizá este fin de semana pero que luego, después de haber escuchado y de haber descansado volverás a ese camino de armonía y felicidad que seguías antes.
No somos seres perfectos, somos seres humanos. Y en esa imperfección está nuestro propio camino de desarrollo. Acéptalo tal cual es, busca los recursos que necesites si las situaciones se alargan, pero no dejes que un mal día te haga pensar que no estás en el camino adecuado.
Feliz día.
Luis Gil. WWW.luisgilconsultoria.com