Hoy vamos a profundizar en este aspecto del cambio personal, pues aunque ya hemos ido hablando de que muchos procesos de mejora no se consiguen sólo aplicando una intención consciente, tampoco hemos desarrollado mucho más. Si os interesa saber de qué depende el éxito de tu cambio personal, y las razones por las que no se produce en las ocasiones que tú querrías, sigue leyendo.
Decía Robert Dilts que la fórmula del cambio personal es:
Estado Actual + Recursos Necesarios = Estado Deseado
Pero esta fórmula no se cumple a veces, y es porque justo escondido bajo el símbolo del igual se encuentran las Interferencias. Sí, interferencias internas, nuestro propio «saboteador» que nos impide llegar donde queremos.
Tal vez os preguntéis: ¿Y eso por qué ocurre?, si soy yo mismo también el que quiero cambiar para mejorar. Pues es sencillo de explicar. Esa interferencia es sólo una forma de comunicación interna. Nos está diciendo (realmente nos estamos diciendo a nosotros mismos) que hay más recursos necesarios, previos a los que queríamos añadir, que deben incorporarse para que se permita avanzar hacia el cambio.
Las interferencias pueden agruparse en tres grandes apartados:
- No quiero cambiar. Seguro que conocéis a muchas personas que, con la boca pequeña, te dicen las ganas que tienen de salir de su situación, pero luego no tienen la más mínima intención de hacer lo necesario para conseguir cambiar.
- No sé como cambiar. Esta es tal vez la más sencilla, porque si no sabes, siempre puedes encontrar alguien que te indique las pautas a seguir.
- No me doy la oportunidad de cambiar. Aquí se da la paradoja de que la persona quiere cambiar y sabe cómo hacerlo, pero no se da la oportunidad para usar esos nuevos recursos que le permitan cambiar, tal vez no se da el tiempo suficiente, quizá ha decidido previamente que el cambio debe darse con cierta inmediatez y sucumbe antes de tiempo, tal vez no asume el compromiso de poner en práctica lo que sabe para descubrir nuevos caminos que le provoquen el cambio.
Por tanto, para que no haya interferencias, esta es la frase que aglutina el requisito básico para que puedas conseguir cambiar hasta llegar al estado que deseas:
«Para cambiar necesitas querer hacerlo, saber cómo hacerlo y darte la oportunidad real de hacerlo»
Y llegado a este punto: ¿Qué impide que yo pueda expresar esa frase e interiorizarla de manera que sea veraz y la pueda llevar a cabo?
Pues esto depende de varias cosas, evidentemente tu estado fisiológico tiene que ser el adecuado, el cambio ha de ser congruente, debemos saber la estrategia necesaria para cambiar, pero sobre todo, debemos tener las creencias personales adecuadas que permitan el cambio.
Las CREENCIAS son los filtros que dan forma a la realidad que percibimos. Si quieres un ejemplo, ante un resfriado, habrá personas que te dirán que lo han cogido por estar en la oficina en medio de un ambiente de virus, otros no valorarán esa situación y te dirán que es porque han cometido el error de no abrigarse lo suficiente, y otros dirán que no creen que eso sea importante, sino que ha sido el dejar de tomar zumo de naranja por la mañana lo que bajó sus defensas y los hizo enfermar.
Las creencias tienen un poder fundamental en nuestra vida. Como puedes ver en la imagen, Henry Ford solía decir: «Tanto si piensas (crees) que puedes como si piensas que no puedes, tienes razón». Es lo que se llama la «expectativa de respuesta», o la «profecía autocumplida», y es la base del «
Efecto Placebo» que se usa con bastante normalidad en la medicina convencional -y no convencional- actual.
Cambiar nuestras creencias es un proceso laborioso, y complicado sin la ayuda de una persona que te guíe en el camino del cambio, pues de manera consciente hay trampas importantes que nos ponen dificultades a la hora de llegar a ellas. Pistas y justificaciones falsas que nos damos a nosotros mismos, cortinas de humo que solemos extender frente a cualquier intento de llegar a la verdadera causa de nuestro fracaso al cambio.
Como siempre, conocer las razones es el punto de partida hacia un nuevo camino donde las alternativas y el estado deseado sean un objetivo alcanzable, y no una simple quimera. ¿Has dado ya el primer paso? ¿Quieres cambiar?
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